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En el barranco de las salinas se pueden observar hoy en día las pequeñas puertas y ventanas de lo que un día fueron las casas de los mineros. Excavadas en la propia roca, los trabajadores de las distintas minas construían sus vidas dentro de la montaña, aprovechando los recursos naturales y utilizando también el adobe como material principal.

Estas viviendas estaban construidas para aprovechar al máximo las horas de luz y eran funcionales, con una cocina, dormitorio y caballerizas, llegando algunas a tener un pequeño corral. Tanta era la funcionalidad, que los mineros excavaban nuevas estancias conforme iba aumentando la familia. Además, estas casas tienen una temperatura óptima y estable, al igual que las minas, que oscila todo el año entre los 16 y los 19 grados.

Uno de los mayores problemas que tenían era la ventilación, el cual se solventaba realizando huecos en las partes altas de los muros para crear corrientes de aire desde la parte frontal, además de utilizar la chimenea para este mismo fin. En la actualidad las casas cueva están completamente abandonadas, aunque se pueden ver algunas de las casas de la parte alta de Remolinos todavía encajadas en la falda del monte.

Edificios Civiles
Remolinos
Siglo XIX y XX
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