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De entre las más de 90 explotaciones mineras del monte de Remolinos, la Mina Real fue la más importante durante siglos. Como su propio nombre indica, fue propiedad del rey desde la Edad Media, pasando después por varios particulares y empresas para terminar siendo la principal explotación de la empresa Purasal desde 1889.

Esta empresa trajo una importante revolución tecnológica a las minas de sal de este municipio, introduciendo la electrificación y alumbrado con fluorescentes en 1950, o las famosas vagonetas aéreas en 1901. Este medio de transporte aéreo, de sistema cable “Roe”, tenía una longitud de casi 7 km divididos en 2 tramos. Un primer trayecto de 2,5km hasta el almacén conocido como la “N”, dentro de Remolinos, y otro hasta el almacén ubicado en Alcalá de Ebro. Estas vagonetas soportaban cargas de hasta 330 kg, pero posteriormente incluyeron un sistema de plano inclinado y transporte por carretera, cuyas vagonetas soportaban 1 tonelada de peso. Esto terminó con el sistema aéreo por completo en 1972.

La explotación de esta mina fue desordenada y poco provechosa hasta 1859, cuando las minas de sal se incluyeron en el Plan de Minas estatal, lo que les obligaba a tener un ingeniero de minas que guiase los trabajos y voladuras. Gracias a esto, se llegó a explotar el llamado cuerpo bajo de las vetas, ya que hasta entonces solo se había extraído material del cuerpo alto y el medio, también llamado “los cinco palmos de malo”.

Esta mina, la más grande en extensión hasta el siglo XX, se cerró en 1989, dejando la famosa imagen de un autobús atrapado dentro de ella a causa de un desprendimiento. Hoy en día pertenece a Ibérica de Sales, y sirve como salida de emergencia y conducto de ventilación de la mina María del Carmen, con la que conecta directamente por una de sus galerías.

 

Mina
Remolinos
Edad Media-1989
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