El complejo del Pozo Belmez está compuesto de los siguientes elementos: El pozo de extracción cuenta con cobertizo de chapa, parcialmente desmantelado, donde se encuentra el castillete metálico, sala del embarcador y acceso al interior de la mina.
El castillete está realizado en hierro y consiste en una armadura metálica de seis apoyos, cuatro pies derechos verticales y dos tornapuntas ligeramente divergentes. Las poleas son de gran tamaño con 26 radios cada una para cable redondo. Para llegar a ellas había que subir unas escaleras con protección en forma de tubo situadas en la tornapunta derecha del castillete. Los perfiles del castillete son de celosía formando dientes de sierra tanto en las vigas verticales como en las horizontales. Las tornapuntas se conforman de manera diferente, creando volumen a partir de la unión de cuatro vigas con dientes de sierra formando tubos cuadrados en las mismas. Siguen igual esquema las tres vigas que las unen.
La estructura de la torre del castillete tiene planta cuadrada y sus lados se encuentran arriostrados por vigas con perfil en T, en forma de aspa. En los lados norte y sur, justo sobre el primer nivel, a la entrada y salida de las jaulas, se disponen dos aspas de menor tamaño. Los elementos de las estructuras metálicas están unidos mediante tornillos. La estructura posee cinco cuerpos de altura sobre la que se dispone la plataforma donde se ubican las poleas y sobre ellas la cubierta mediante tejadillo del que sólo conserva la mitad del entramado. Para proteger a los empleados a pie de castillete había una caseta de obra, bajo las tornapuntas, que ha sido eliminada hace poco tiempo. Asimismo contaba con un largo tejadillo de fibrocemento en la parte posterior del castillete, que también ha sido eliminado. El castillete conserva sus dos jaulas de un piso cada una que cuentan con planchas metálicas horadadas en ambos lados, para la protección de vagonetas y personal. En el suelo de las jaulas se muestran los raíles para insertar las vagonetas así como dos de las palancas para su anclaje y seguridad. La infraestructura subterránea quedó totalmente clausurada y cerrado su acceso definitivo.
Hay tres calderines de chapa instalados al este del edificio de sala de máquinas que suministraban el aire comprimido a las instalaciones interiores del pozo y un depósito metálico instalado al nordeste del edificio principal.
El edificio principal de una sola altura y planta rectangular, con cubierta a dos aguas, está subdividido en 4 partes: ala este que alberga oficinas, aseos y duchas personal técnico; ala oeste, donde se sitúan las duchas y vestuarios personal operario y técnicos no titulados; en el ala sur, se encuentran la lampistería y sala de reparto; y en el ala norte, están el botiquín y el almacén.
En el lado oriental del inmueble se adosa un cuerpo que funciona como fachada principal a modo de antesala también con cubierta a dos aguas. El edificio aparece totalmente revestido y pintado en blanco y recorrido por un zócalo de ladrillo, menos la fachada este que presenta pretil y acabado completo en ladrillo visto.
El edificio de sala de máquinas y centro de transformación cuenta con sala de máquina de extracción y centro de transformación en la parte central del edificio, taller-almacén en lateral oeste y sala de compresores en lateral este. Está compuesto por una nave central de gran altura y planta rectangular con cubierta a dos aguas de fibrocemento. A cada uno de los lados de esta nave se disponen otras dos naves, de menor altura y con cubierta a un agua, también de planta rectangular y en su fachada sur presenta un pretil que oculta las diferentes alturas de la edificación.
Otros elementos fundamentales del complejo Pozo Belmez se consideran también el depósito de agua que se utilizaba para almacenar el agua necesaria para barrenar en el interior del pozo y la máquina de extracción. Este es uno de los Castilletes de la Cuenca carbonífera del Guadiato en el Alto Guadiato. Aunque la historia minera de la Cuenca de Belmez comenzó en el s. XVIII, en Cabeza de Vaca y en el arroyo de la Hontanilla, su explotación intensiva se produce en el siglo XIX.
Estos castilletes, en su mayoría centenarios, daban servicio a pozos de carbón de diferentes de diámetros y profundidad máxima de 500m., algunos de estos pozos tienen un espectacular revestimiento de mampostería y están coronados por castilletes de estructura metálica, de mampostería o bien de tapiales de carbonilla y cal. Algunos conservan ruinas de instalaciones o restos de talleres y estación de carga. El entorno de los pozos es de un auténtico sabor minero por sus escombreras con abundantes restos paleontológicos.
Los pozos de interior de carbón de la cuenca carbonífera “Peñarroya-Belmez-Espiel” constituyen realizaciones de ingeniería de interés histórico, científico y social, por tratarse de una actividad minera bicentenaria.
X= 308.497,43 Y= 4.237.611,69 Z= 500.